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domingo, 22 de octubre de 2017

LOS COMPLEJOS VITAMÍNICOS PREVIENEN EL RIESGO DE AUTISMO

Un estudio observacional llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Drexel ha encontrado una relación entre el consumo durante el embarazo de complejos vitamínicos y el riesgo de que el bebé desarrolle autismo.




Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la universidad estadounidense de Drexel, en Filadelfia (EE.UU.), y publicado por la revista científica The BMJ ha relacionado la suplementación de la dieta materna con complejos multivitamínicos (con y sin ácido fólico y hierro) con una reducción considerable en el riesgo del feto de desarrollar autismo.

Para llevar a cabo la investigación, los autores tomaron como referencia a una muestra de más de 270.000 pares de madres e hijos residentes en Estocolmo (Suecia). El nacimiento de los hijos había tenido lugar entre 1996 y 2007, de forma que a fecha de la recogida de datos (finales de 2011), tenían entre 4 y 15 años. En esa recogida de datos, se prestó especial atención al consumo de complejos multivitamínicos por parte de las madres durante el embarazo.
El riesgo de que el bebé desarrollase autismo en las mujeres que complementaron su dieta con complejos vitaminados era del 0,26%. En las que no tomaron estas vitaminas el riesgo aumentó hasta el 0,48%


Con los resultados en la mano, los investigadores comprobaron como entre el grupo de madres que habían suplementado su dieta con complejos vitaminados, con o sin ácido fólico (casi 62.000), sólo se habían registrado 158 casos de niños con autismo, lo que representaba un porcentaje del 0,26%. En el grupo de madres que no habían consumido estos productos (más de 90.000), por el contrario, los casos ascendieron hasta 430 (0,48%). El consumo de ácido fólico o hierro por sí solos, por su parte, no mostró ninguna asociación con el autismo, ni en sentido positivo ni en negativo.
Al tratarse de un estudio observacional, los autores de la investigación reconocen que no se puede establecer una relación causa-efecto entre ambas variables. Sin embargo, la llamativa diferencia en el riesgo de que el bebé padezca autismo entre las mujeres que suplementaron su dieta con complejos vitaminados y las que no lo hicieron lleva a los investigadores a resaltar la necesidad de realizar nuevos estudios que indaguen en esta relación.

Alimentación y estilo de vida

Aunque parece haber consenso en que el desarrollo del autismo se debe a cambios y mutaciones en los genes, a día de hoy siguen sin ser identificadas todas las secuencias de ADN que intervienen en la enfermedad y tampoco se conoce a ciencia cierta cuál es la causa o las causas que provocan esa mutación. Desde hace unos años diversos estudios han señalado que el autismo se desarrolla ya durante la gestación, de forma que a partir de ahí se han desarrollado también teorías que relacionan la alimentación y el estilo de vida con el riesgo de desarrollar autismo.

En ese sentido, por ejemplo, hay estudios que han llegado a la conclusión de que tomar demasiado ácido fólico durante el embarazo podría aumentar el riesgo de autismo en el bebé,  pero también hay otros que han destacado el efecto protector de su ingesta.  De la misma forma, también hay investigaciones que han vinculado el déficit de hierro durante la gestación  con las probabilidades de que el bebé tenga autismo.

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